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Independientemente de las tareas que tenga que realizar, un niño suele necesitar su propio espacio de trabajo para concentrarse. Este espacio de trabajo puede materializarse con un escritorio en su habitación. Para ayudarte, aquí tienes unos sencillos consejos para crear el escritorio ideal en la habitación de tu hijo.
Elija un rincón que favorezca la concentración
Colocar el escritorio de tu hijo frente a una pared o una ventana le ayuda a concentrarse en su trabajo. Además, la pared puede servir de soporte para las creaciones de su hijo y la ventana proporciona luz natural.
También puede optar por una pared divisoria si no quiere instalar el escritorio frente a una pared.
La iluminación adecuada
Sea cual sea la fuente de luz que elijas, asegúrate de que mantiene a tu hijo cómodo y a la vista. La lámpara de brazo articulado suele recomendarse en estos casos, ya que ofrece una iluminación direccional para trabajar.
Pero ten cuidado. La luz de la lámpara utilizada no debe superar los 3.000 kelvin para no cegar al niño. Por último, coloque la lámpara en el lado opuesto de su brazo dominante para evitar la sombra de la misma sobre la superficie de trabajo.
La elección del mobiliario
Los muebles que elijas deben permitirte mantener un cierto equilibrio entre tamaño y comodidad. Ya sea la silla o la mesa, debe ser lo suficientemente grande para la comodidad del niño sin imponerse a él. Si es necesario, utiliza pequeños cojines para que tu hijo se sienta cómodo.
Por último, con el objetivo de que pase sus horas de trabajo, juega todo lo posible con los materiales y colores según los gustos de tu hijo. Pero, sobre todo, deja que tu imaginación te guíe.
Una vez asimilado el método, ¡haz feliz a tu hijo instalando el escritorio de sus sueños!